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Mitos de la lactancia materna: descubre qué creencias populares están equivocadas

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Acercamiento de bebe siendo amamantado

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La lista de mitos de la lactancia materna es muy larga, a lo largo del tiempo se han mantenido algunas creencias sobre la capacidad de una madre de amamantar y alimentar a sus hijos, pero la ciencia ha demostrado que en la mayoría de las ocasiones se trata de ideas infundadas y sin una base científica.  

En este artículo te contamos cuáles son esos mitos y explicamos cuál es la realidad en torno a ello. Si estás pensando en llevar a cabo un plan de lactancia materna exclusiva, pero tienes muchas dudas al respecto y te han dado información que no sabes si creer o no, te conviene seguir leyendo. 

La leche materna no es suficiente para alimentar al bebé

Uno de los principales mitos de la lactancia materna es que la leche que produce una mamá para alimentar a su bebé no es suficiente. Muchas madres primerizas dudan de su capacidad para amamantar, y consideran que la mejor forma de alimentar a sus hijos es complementar la leche materna con leche de fórmula. 

Sin embargo, se ha estudiado que la leche materna contiene todos los nutrientes que necesita un bebé para alimentarse durante los primeros meses de vida. Además, a medida que los bebés crecen, la composición de la leche cambia su composición para adaptarse a sus necesidades y ayudarlo a estar sano. 

La capacidad de la madre de producir leche se ajusta a la demanda de su bebé, ya que la succión estimula las glándulas mamarias y ayuda a liberar las hormonas responsables de la producción de leche.

La lactancia materna es dolorosa

Este mito de la lactancia materna puede generar mucha ansiedad en las madres, tanto que puede llevarlas a alimentar a sus hijos con leche de fórmula. Muchas personas creen que se trata de un proceso de dolor e incomodidad prolongada, y evitan a toda costa pasar por él. 

Es cierto que durante los primeros días de la lactancia las mujeres pueden experimentar cierto dolor, pero en muchas ocasiones esto se debe a un agarre incorrecto del bebé al pecho, y basta con corregir la posición para aliviar el dolor. 

Después de un tiempo amamantando, no debería existir ningún problema. De hecho, la mayoría de las mujeres considera que se trata de una experiencia muy gratificante, porque pueden establecer un vínculo más fuerte con sus bebés. 

En caso de que exista dolor de forma prolongada, es importante consultar a un especialista, porque se puede deber a otras causas, como la mastitis u otros problemas que dificultan la succión del bebé.

Bebé en cojín de lactancia

Las madres con pechos pequeños no pueden amamantar

No podemos hablar de los mitos de la lactancia materna sin mencionar la creencia de algunas personas de que el tamaño de los pechos de una mujer está vinculado a su capacidad de producir leche y amamantar a su bebé. Por esta creencia equivocada, muchas mujeres de pechos pequeños sufren inseguridades y se preocupan pensando en que no pueden alimentar a sus hijos recién nacidos. 

Es importante resaltar que la producción de leche materna está directamente relacionada a la demanda del bebé, que se trata de un proceso fisiológico que depende de la producción de ciertas hormonas, y que las glándulas mamarias no tienen nada que ver con la grasa o el tejido glandular superficial. 

Las mujeres con pechos pequeños pueden amamantar, solo tienen que asegurarse de conocer bien la posición de agarre para que el bebé succione de manera efectiva, y consultar sobre técnicas de lactancia materna a un profesional en caso de tener dudas. 

La lactancia materna es solo para bebés recién nacidos

Algunas personas también creen que se debe dejar de amamantar cuando los bebés empiezan a tener sus primeros dientes, o cuando están empezando a consumir alimentos sólidos. Pero no es más que otro de los mitos de la lactancia materna, y es necesario destacar que no es así. 

La Organización Panamericana de la Salud (PAHO) recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses del bebé, y establece que se puede introducir el consumo de alimentos complementarios, mientras se continúa con la lactancia materna al menos hasta los dos años de edad. 

Durante todo ese tiempo la leche materna sigue siendo una muy buena fuente de nutrientes y anticuerpos, por lo que se recomienda incluso cuando el bebé está consumiendo otros alimentos.

Mamá y su bebé

En el periodo de lactancia es imposible embarazarse

Tal vez no conoces el término “método de amenorrea de la lactancia” (MELA), pero es posible que hayas escuchado de alguien que durante el periodo de lactancia las mujeres no pueden quedar embarazadas. Hay que aclarar que es verdad que la lactancia materna reduce la fertilidad de las mujeres durante un breve periodo de tiempo, sin embargo, no se debe pensar que por ello resulta imposible embarazarse. 

La supresión de la ovulación por la lactancia materna no es 100% segura en todas las mujeres, por lo que es recomendable que no se asuma como método anticonceptivo. Durante ese periodo es importante que tanto las mujeres como los hombres se informen al respecto, y tomen medidas para evitar embarazos no planificados.

La leche de fórmula es tan nutritiva como la leche materna

Para muchas personas, este es uno de los mitos de la lactancia materna que más se han utilizado con el propósito de promover el consumo de leches de fórmula. Pero hay que aclarar que este tipo de leches no tiene los mismos nutrientes, ni aporta los mismos beneficios que la leche materna. 

De igual manera, hay que señalar que además del aporte nutricional, la leche materna contiene anticuerpos que aumentan la protección del bebé ante infecciones y enfermedades, fortalecen su sistema inmunológico y mejoran su salud intestinal. Sin contar que el contacto piel a piel en la lactancia materna ayuda a desarrollar el bienestar emocional del bebé y de su madre.

No se puede amamantar si se están tomando medicamentos

Otro mito que existe en torno a la lactancia materna es que no se pueden tomar medicamentos mientras se amamanta, porque se puede afectar la salud del bebé. Sin embargo, en la gran mayoría de los casos esto no es verdad, y no existe ningún riesgo. 

Una buena parte de los medicamentos se consideran seguros durante la lactancia materna, y se han realizado diferentes estudios para demostrar que no tienen efectos negativos sobre los lactantes. En otros casos, es necesario contar con la supervisión de un profesional de la salud para ajustar las dosis, y limitar el tiempo en el que es usado el medicamento.

Durante la lactancia solo se deben evitar los medicamentos con anfetaminas, los antineoplásicos, algunos tipos de antibióticos, y los fármacos que afectan la producción de leche materna. Consulta siempre con un especialista para tomar tu medicación con seguridad.

Mamá y su bebé en la playa

Las mujeres con cirugías en los senos no pueden amamantar

Las mujeres que se han operado los senos, bien sea por razones médicas o estéticas, suelen creer el mito de que no es posible amamantar después de haberse practicado este tipo de cirugía. Sin embargo, esto no es del todo cierto, y hay muchos factores que se deben tomar en cuenta.

En ciertos casos se puede afectar la producción de leche, todo depende del tipo de cirugía, ubicación de las incisiones y de si se preservaron las estructuras mamarias dentro de los senos. Regularmente, las mamoplastias de aumento y el levantamiento de senos no altera la capacidad de una mujer de producir leche materna. 

En estos casos, lo mejor es consultar a un médico especializado en el tema para verificar cuáles son las implicaciones de la cirugía, y recibir asesoramiento sobre técnicas de lactancia materna.

La lactancia materna hace que las mujeres duerman menos tiempo

Aunque algunas personas creen que la lactancia materna hace que las mujeres duerman menos tiempo, la verdad es que es todo lo contrario. Si bien alimentar a un bebé puede llegar a ser algo demandante y en muchas ocasiones se interrumpe el sueño de la madre, la lactancia materna evita que las personas se tengan que levantar a preparar un biberón y vigilar al bebé mientras se alimenta. 

A medida que pasa el tiempo, amamantar se vuelve más fácil, por lo que las tomas nocturnas interrumpen menos el sueño de la madre. Asimismo, durante la lactancia se promueve la liberación de hormonas como la oxitocina, que pueden ayudar a relajar el cuerpo y facilitar el sueño.

Mamá acariciando a su bebé en la cama

Las mujeres con pezones invertidos no pueden amamantar

Para finalizar la lista de mitos de la lactancia materna, tenemos que hablar de la creencia de que las mujeres con pezones planos o invertidos no pueden amamantar. Es cierto que representa una dificultad adicional a la hora de alimentar a un bebé, pero es algo que se puede solucionar con la ayuda de un especialista en lactancia.

Existen muchos ejercicios que se pueden utilizar para estimular los pezones y lograr que el bebé pueda succionar sin problemas. Hay que recordar que la producción de leche materna depende de las glándulas mamarias, por lo que el pezón invertido no es algo que afecte la capacidad de la madre de amamantar.