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Las funciones que realiza el cerebro para controlar y facilitar la ejecución de ciertos procesos mentales se conoce por el nombre de funciones ejecutivas del cerebro. Estas funciones cerebrales intervienen en el comportamiento de las personas, y son indispensables para llevar a cabo diferentes tareas.
En este artículo te explicaremos qué son las funciones ejecutivas del cerebro, cómo se dividen, cómo se desarrollan y cuáles son las regiones cerebrales que se encargan de su control.
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¿Qué son las funciones ejecutivas del cerebro?
Las funciones ejecutivas del cerebro hacen referencia a la capacidad de llevar a cabo procesos mentales complejos. Según el Child Mind Institute, estas funciones abarcan habilidades que se utilizan para planificar, establecer metas, priorizar las actividades y regular el comportamiento.
En pocas palabras, podemos decir que estas funciones ejecutivas del cerebro son las que nos permiten llevar a cabo una buena parte de nuestras actividades en el día a día, y adaptarnos sin dificultad ante las circunstancias que se nos presentan.
Lo más curioso de todo, es que las personas no nacen con este tipo de funciones cerebrales, por lo que se tienen que desarrollar a lo largo de la vida, principalmente durante la infancia.
Esto último implica que los adultos deben servir de guía para los niños y ayudarlos a desarrollar sus habilidades para controlar sus impulsos, prestar atención y retener la información importante en su cerebro. No es algo que suceda de manera automática cuando los niños crecen, sino que depende de la enseñanza y el aprendizaje que reciben de su entorno.
Además, las funciones ejecutivas y las habilidades vinculadas a ellas no se encuentran en una zona particular del cerebro, sino que son el resultado de la interacción entre diversas regiones cerebrales y conexiones neuronales. Áreas como la corteza prefrontal, el lóbulo parietal, el lóbulo temporal y el sistema límbico tienen un papel muy importante en el desarrollo de las funciones ejecutivas del cerebro.
El Weill Institute for Neurosciences de la Universidad de California San Francisco, establece que las funciones ejecutivas se pueden dividir en dos categorías, a saber, funciones de organización y funciones de regulación. En los siguientes puntos explicaremos con detalle cada una de estas categorías, y los tipos de funciones que incluyen.
Funciones de organización
Las funciones ejecutivas de organización abarcan habilidades cognitivas superiores indispensables para estructurar y organizar la información, el tiempo y los recursos. Dentro de ellas, además, encontramos aspectos muy importantes como el control de la atención, la capacidad de procesar y almacenar la información, y la resolución de problemas.
Control de la atención
El control de la atención es una de las principales funciones ejecutivas del cerebro, ya que nos permite dirigir y mantener nuestra atención hacia un determinado tipo de estímulos. Gracias a ella es posible evitar las distracciones, y focalizar la atención en la información que consideramos relevante.
De igual manera, esta función del cerebro está relacionada con la inhibición, porque implica suprimir las respuestas automáticas y controlar los impulsos. El control de la atención involucra la interacción de diferentes partes del cerebro, haciendo que enfoquemos nuestra atención en función de las demandas del entorno.
Memoria y procesamiento de la información
Dentro de las funciones ejecutivas del cerebro, también encontramos la memoria de trabajo, que nos permite procesar y memorizar la información mientras realizamos tareas cognitivas complejas. Es decir, el cerebro tiene la capacidad de analizar, organizar y utilizar toda la información que recibe.
Resolución de problemas
Dentro de las funciones del cerebro humano también podemos encontrar la resolución de problemas, que forma parte de las funciones ejecutivas de organización, y que nos permite enfrentarnos a las situaciones novedosas que se presentan y encontrar soluciones efectivas para resolverlas.
Esta función abarca diferentes procesos mentales, porque se requiere de análisis, planificación y toma de decisiones. En este punto, la flexibilidad cognitiva resulta muy importante, porque la persona debe ser capaz de adaptarse y desarrollar nuevas ideas cuando las soluciones no son efectivas.
Pensamiento abstracto
Por último, dentro de las funciones ejecutivas del cerebro a nivel organizativo, también encontramos el pensamiento abstracto. Se trata de una habilidad que nos permite comprender situaciones que no están directamente relacionadas con la experiencia.
Es decir, gracias a él se puede razonar e identificar patrones, similitudes y diferencias entre un determinado tipo de situaciones. Con el pensamiento abstracto es posible hacer generalizaciones y aplicar ciertos principios a situaciones nuevas o desconocidas.
Regulación
Las funciones ejecutivas del cerebro que se encargan de la regulación son muy importantes, ya que de ellas depende el autocontrol y la autorregulación emocional. Gracias a ellas podemos frenar nuestros impulsos y tomar decisiones racionales.
Estas funciones son necesarias para regular el comportamiento y adaptar la respuesta emocional a cada tipo de situación. Además, la regulación está asociada a diferentes ámbitos, como el social, el académico y el laboral.
Inhibición y autorregulación emocional
Estas funciones son esenciales, ya que de ellas depende que podamos gestionar las emociones y regular nuestra respuesta emocional ante cualquier tipo de estímulo. Por un lado, la inhibición frena las respuestas automáticas o impulsivas; mientras que la autorregulación implica reconocer, comprender y manejar las emociones.
Las personas que no desarrollan sus habilidades de inhibición y autorregulación emocional son más propensas a perder el control, responder de manera excesiva ante las situaciones, y tienen problemas para manejar el estrés.
Autorregulación del comportamiento
Tal como se puede deducir de su nombre, esta función ejecutiva del cerebro está asociada a la regulación del comportamiento. Es decir, con ella es posible ajustar el comportamiento en función del contexto y las normas sociales.
Además, es una función indispensable para la planificación y el establecimiento de metas a largo plazo. Cuando no se desarrolla, las personas son más propensas a procrastinar y priorizar la gratificación inmediata.
¿Cómo se desarrollan las funciones ejecutivas del cerebro?
Tal como mencionamos al principio del artículo, las funciones ejecutivas del cerebro se desarrollan a lo largo de la infancia, en función de los estímulos que se reciben del entorno. Las personas las adquieren de forma gradual a medida que crecen, y pueden estar más desarrolladas en unas personas que en otras.
Las interacciones sociales juegan un papel clave en el desarrollo de las funciones ejecutivas del cerebro, ya que es a través del aprendizaje que se adquieren. En paralelo con estos estímulos, algunas áreas del cerebro, como la corteza prefrontal, van madurando, hasta alcanzar su punto más alto en la edad adulta.
Lo ideal es que los niños tengan experiencias que les permitan desarrollar sus habilidades para la planificación, la toma de decisiones y la autorregulación emocional. Todo esto depende del tipo de educación que reciban, y del esfuerzo que realicen los padres por estimular las áreas funcionales del cerebro.
Es importante enseñar a los niños algunas estrategias de autocontrol, resolución de problemas, y fomentar el desarrollo de las funciones ejecutivas de su cerebro.
En un artículo publicado por la National Library of Medicine, se señala que las funciones ejecutivas del cerebro también se pueden seguir desarrollando durante la adultez, aunque para ello es necesario mucha práctica.
Regiones cerebrales encargadas de las funciones ejecutivas
La corteza prefrontal es el área en la que se desarrollan las funciones cognitivas, pero también depende de la interacción con otras partes del cerebro como la corteza cingulada, la corteza parietal, los ganglios basales, la amígdala y el hipocampo.
Es decir, varias regiones cerebrales participan del proceso, y las funciones ejecutivas del cerebro dependen de su interconexión.
La corteza cingulada, por ejemplo, está asociada a la regulación emocional, la adaptación a las situaciones nuevas, y la resolución de problemas. Mientras que la corteza prefrontal está asociada a la planificación, la toma de decisiones y la inhibición de las respuestas automáticas.
Alteraciones de las funciones ejecutivas
Las alteraciones de las funciones ejecutivas afectan el desempeño de las habilidades cognitivas superiores que mencionamos antes, como el control de la atención, el procesamiento de la información, el autocontrol y la autorregulación emocional. Todas estas disfunciones se pueden presentar por trastornos neurológicos o psiquiátricos, o por problemas en el desarrollo del cerebro.
Algunas de estas alteraciones pueden ser el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDHA), o el trastorno del espectro autista (TEA). Ambas condiciones generan dificultades en las personas, sobre todo para mantener la atención, regular la impulsividad y autorregularse emocionalmente.
También es posible que el cerebro y sus funciones se vean afectadas por lesiones cerebrales o por otras condiciones o trastornos de la mente. En todo caso, la evaluación y el diagnóstico debe ser realizado por un profesional especializado en el tema.